Pasaje: 300 personas retiradas de fiesta clandestina y centro turístico clausurado por la Comisaría Nacional

Alrededor de 300 personas fueron sorprendidas y retiradas de una fiesta clandestina que se realizaba en un complejo turístico de Pasaje. De acuerdo con el comisario nacional, Marcelo Orellana, esta era la segunda vez que la Policía tenía denuncias acerca de eventos de esta naturaleza, pese a estar expresamente prohibido por el Comité de Operaciones de Emergencia, COE, Cantonal de la mencionada jurisdicción.

Sobre el tema, el gobernador Danny Gámez, anunció que este tipo de control continuará ejecutándose en toda la provincia con la coordinación de la Intendencia, como medida para prevenir la expansión del coronavirus.

“No vamos a bajar la guardia; estamos comprometidos con el bienestar de la comunidad; por eso mismo, en días anteriores dispuse que se intensifiquen este tipo de operativos. Agradezco el respaldo de la Policía Nacional y exhorto a los alcaldes orenses a que se sumen a este tipo de activaciones que no buscan otra cosa que preservar la salud de todos”, afirmó el ejecutivo provincial.

Antecedente

El MY. Marlon Karolys, comandante subrogante del Distrito de Policía Pasaje, informó que el 31 de octubre anterior se recibió una alerta de una fiesta con aglomeración de asistentes en el centro ya referido, ubicado en el sector “La Laguna”, en la vía Pasaje-Machala.

“En aquella ocasión, y pese a que estuvimos a tiempo, no pudimos ingresar porque el local es completamente cerrado y no hubo manera. Pero en esta vez, tuvimos la colaboración de los propietarios del centro, quienes habían alquilado el establecimiento a terceros”, dijo el comisario nacional.

Agregó que los moradores del sector, a su vez, ya habían denunciado este tipo de actividades, solicitando la intervención; pues, a más de perturbarles la tranquilidad por las noches y madrugadas, temían por el no cumplimiento de las normas de bioseguridad.

El golpe

Orellana informó que al terminar la noche del viernes, 13 y comenzar la madrugada del sábado 14 de noviembre, el comisario Orellana, apoyado por el MY. Karolys, los agentes policiales y el respaldo de los tenientes políticos, Luis Garzón, de Buenavista; y Kevin Zapata, de La Peaña, arribaron al sitio hasta donde, minutos más tarde, llegaron los dueños del referido centro turístico.

Dijo también, que luego de explicarles las implicaciones legales, los propietarios accedieron a abrir las puertas para que las autoridades cumplieran con las diligencias correspondientes.

“No esperábamos encontrarnos con tanta gente; unos alrededor de la piscina; otras en un piso superior donde estaba la discoteca. El licor estaba servido en todas las mesas y los concurrentes tenían las mascarillas bajadas hasta el cuello y otros no las portaban. El alcohol desinfectante, los pediluvios y el distanciamiento brillaban por la ausencia”, narró la autoridad cantonal.

Detalles

Acotó que ante la situación, el MY. Karolys ordenó que nadie saliera y apostó guardias en la entrada; pidió a los presentes que se pusieran en fila; una de varones y otra de mujeres para que mostraran los documentos de identidad y revisar en el sistema, la edad y se tenían antecedentes o boletas de aprehensión.

Mencionó el comisario que en el parqueo de ingreso también había 20 motocicletas y 16 carros estacionados. Estos vehículos fueron revisados al interior en cuanto a documentos en regla y en los que se descubrió licor, se lo hizo regar en el acto. Debido a lo masivo del acto, el comandante Karolys, pidió refuerzos.

“A los pocos minutos 25 policías de Servicio Regular; DINAPEN y Tránsito estuvieron en el lugar. A los de Tránsito les dispuso que revisaran nuevamente los carros cuando dejaran el parque. Un automotor fue remolcado en una grúa porque la propietaria no tenía los papeles del carro en regla. Una camioneta fue abandonada en el estacionamiento y hasta el cierre del operativo no concurrió a retirarla su propietario”, reportó Orellana.

Exhortación

Añadió que cerca de las 2 de la mañana, en presencia de los propietarios del centro turístico se retuvieron altoparlante y consola mezcladora de música. Después, se cerraron las puertas y se colocó el sello de clausura.

“Estamos en peligro, la pandemia no ha cesado, y no es posible que este tipo de reuniones continúen. Una vez más hago un llamado a la cordura, al autocuidado y a la responsabilidad para no dar espacio a más contagios. El coronavirus no es divertido; está matando a seres humanos y aún está entre nosotros”, fue la exhortación del comisario Orellana.


 

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